lunes, 24 de diciembre de 2012
Llamando a la esperanza: 1,2,1,2
Sucede que desde hace algún tiempo sólo escribo cosas tristes. Cosas que me cabrean.
Cosas que no escribo sino que las vomito.
Cosas que tengo que sacar de dentro de mí porque me amargan las digestiones y me roban los sueños.
Una de estas cosas la mostraba en uno de estos articulitos que voy sembrando a lo largo de la red y que se titulaba "Cualquier día me detienen" y en él me acordaba de la madre que parió a todos aquellos que maltratan animales, y no sólo me refería a los brutales asesinos de galgos, de toros, de cachorros, sino también a esa tolerancia inadmisible que tenemos con el rural y su forma de tratar a los animales. Éste era el artículo
También sucede que en este clima de tensión se nos olvida hablar de las cosas que nos devuelven la esperanza.
Y lo cierto es que existen.
Existen fotos y vídeos de gente anónima que nos hacen ver luz:
niños que rescatan cachorros de canales,
bomberos que reaniman gatos,
hombres que se sumergen en aguas heladas para aliviar las articulaciones de su perro.
Fotos y vídeos de héroes y de valientes.
Superhéroes con superpoderes.
Con los superhéroes me ha sucedido algo curioso. Cuando era niña-sol, las dimensiones mágicas y superpoderosas eran las que decantaban mis preferencias hacia un héroe u otro, pero, con el tiempo, cuanto más humanos son los superpoderes, cuanto más anónimo sea el héroe en cuestión, más admiración me produce y más valiente me parece. Porque no hacen cosas, hacen milagros.
Milagros tan pasados de moda como la solidaridad,
el amor,
la educación,
el respeto.
Valentías como no avergonzarse de tender una mano,
de besar en público,
de amar a pecho descubierto.
Y héroes como el señor ese que alimenta a los pájaros del barrio cada día a las 8 de la mañana,
el chaval de las rastas que dedica sus tardes a enseñar música a niños discapacitados,
los padres del niño del 4B que le enseñan cada día a ser respetuoso con los animales, las personas, las plantas...
Me molan mis nuevos héroes.
Además, lo genial de mis nuevos héroes es que te los puedes encontrar por la calle. A ellos y a un montón de potenciales ocupantes del puesto.
Me dedico a hacer fotos. Y me encantan los perros. Este fin de semana he tenido la oportunidad de hacer unas fotos chulas a unos modelos increíbles. Yo era jurado de un concurso de fotografía canina y, como no, saqué la cámara de paseo. Éstas son algunas de ellas.
Ellos son Boss, Jagger, Nevski, Leo, Lolo, Rufo, Noël, Bora, Chloé, Rico, Jara, Jaime, Lucía, Troya, Inco y alguno más que no me dijo su nombre.
Pero también estaban Mónica, Olga, Julia, Coté, Ana, Julia, Tania, Ana, Marta, María, Jesús, Lourdes,Juan y Nacho.
Que los perros son capaces de amar no es nuevo. Y que son héroes tampoco.
Lo que de verdad me devuelve la esperanza son los potenciales héroes de la segunda lista, los de dos patas.
Los que nada tienen que ver con los del primer artículo.
Los que le dan un voto de confianza a la especie humana.
Por el simple hecho de que aman a pecho descubierto.
Este fin de semana hice fotos de perros.
Hice fotos sobre todo de un perro que había ganado un concurso.
E hice fotos de una historia de amor.
Entre Nacho y Boss.
Entre Nacho y Jagger.
Entre Nacho y Leo.
Entre Nacho y toda la comunidad de amigos canunos que acudieron a celebrar con él su premio que, por cierto, donó íntegro a una protectora.
Hoy el nombre es Nacho y esta es su historia de amor.
Quizá con un poco de esto mis artículos volvieses a ser de colores.
Feliz navidad de este aciago 2012.
Llamando a la esperanza: 1,2,1,2.
María Martul. Nochebuena 2012.
Todos los derechos reservados.
viernes, 13 de julio de 2012
Yo la creo, Señora diputada
Y
fíjese usted que la creo.
Sí,
señora Fabra, creo que es cierto que su exabrupto iba dirigido a los
diputados que no pertenecían a su partido.
Creo
que son ciertos sus argumentos frente al vídeo: que si provocación,
que si la tensión del momento, que si fue dentro de un momento de
apoyo al presidente del gobierno...
La
creo de verdad.
Y
la creo porque me gusta pensar que nadie, nadie, ni siquiera usted ni
toda la calaña política que en teoría nos representa es capaz de
semejante falta de, ponga aquí lo que quiera, dignidad, caridad,
respeto, educación, empatía o cualquiera de esos conceptos tan
pasados de moda en los que me gusta confiar que aún conserva en su
base la especie humana. Y porque la verdad, lo consideraría una
tamaña estupidez. Y ustedes han demostrado ser muy listos.
En
serio que la creo.
Y
también creo que son unos canallas. Porque, aunque la creo,
permítame decirle, señora
diputada, que a los parados también los ha insultado. Y a todo el
país. Y la ha insultado no sólo usted, la insultan todos ustedes.Y
eso es impresentable y es, como le decía, una completa, indignante
y enorme canallada.
Insultan
al país al que representan, a la comunidad por la que fueron
elegidos, a la ciudad que los creyó en su mitín, al pueblo que los
apoyó y al ciudadano que asintió con la cabeza al verles hablar tan
bien en la tele del bar de su barrio. Su conducta es insultante.
Y
dan vergüenza.
Y
la dan todos. La dan cuando se aplauden, se jalean, se insultan, la
dan cuando se comportan como si el hemiciclo fuera un patio de
colegio. Todos.
Todos
los que en teoría trabajan en ese absurdo circo en que se ha
convertido el Congreso de los Diputados. Nuestra cámara cada vez más
baja, más vil y más cruel, más indiferente a las consecuencias de
sus actos...
Donde
un asno se rasca con otro,
dónde
se dirime la vida o la muerte de un país,
dónde
cada número que ustedes barajan es una persona, un pueblo...
dónde
cualquier parecido con un campo de recreo resulta doloroso e inhumano para los que pusieron su confianza en ustedes.
Porque
no están jugando, señorías. Porque no se trata de un partido entre
4ºA y 4º B.
Porque
quizá ustedes no saben como se siente uno cuándo ve que no pagará
sus facturas,
cuándo
ve que sus padres jubilados no podrán disfrutar de el retiro como se
merecen,
cuándo
mira a sus hijos y siente que se le rompen las entrañas,
cuándo
ve que no tiene fuerzas ni para trabajar,
cuándo
ve que perderá su casa,
cuándo
sus dos titulaciones universitarias no sirven para no envidiar a un
camarero londinense,
cuándo
ve que se ahoga,
cuándo
escribe absurdas cartas como ésta para no reventar, para no liarse a
pedradas, para no sentarse en un bordillo y llorar...
Cuándo y dónde
no tienen cabida sus juegos.
Un
respeto.
Por
favor.
martes, 15 de mayo de 2012
Entre bambalinas
La ópera, como el teatro y el cine, o como muchas otras artes creadas para el disfrute humano, tiene sus reglas.
La protagonizan, salvo escasas excepciones, dos personajes, generalmente un hombre y una mujer: el tenor y la soprano principal, acompañados por otra serie de personajes que van desde la mezzo o la soprano secundaria y el barítono, hasta la figuración, pasando por los actores y el coro. Cada uno con su función, con su papel en la historia. Todo medido y controlado.
Pero la ópera va más allá. Detrás del escenario existe otro mundo y otro espacio, un lugar infinito en el que un ejército de personas que lo trabajan, lo sudan, lo viven y lo disfrutan: atrezzistas, sonidistas, músicos, orquesta, tramoyistas, personal de escenario, de telón, maquilladores, encargados de vestuario, enlaces... y personajes que esperan su salida a escena en el momento justo.
En la foto: Javier Franco, Sulpice en la representación de "la fille du regiment" en A Coruña, templado y en tensión, espera su salida tras la cortina, mientras que en escena, los protagonistas desarrollan su dúo.
Para quien conozca un poco el mundo de la ópera, o de cualquier arte escénica, sabe de la importancia del barítono. Suele ser el hermano, el amigo fiel, el padre, el amante despechado...la pieza necesaria e imprescindible para que se desarrolle la trama. Pero su nombre nunca encabeza el cartel, ocupando siempre el tercer o cuarto lugar del elenco. Son las reglas.
Va esta foto por todos los barítonos, cuyo papel es fundamental y no siempre reconocido, como también va por todos esos personajes secundarios de la vida que siempre, siempre, marcan el final de la historia, dirimen la trama y que ceden la gloria a otros. En la sombra y a contraluz, como los valientes y los verdaderos héroes.
Foto sacada durante el ensayo de La Fille du régiment de gaetano Donizzeti en el - LVIII FESTIVAL DE ÓPERA DE A CORUÑA
LUCIANO ACCOCELLA, DIRECTOR MUSICAL
DAVIDE LIVERMOORE, DIRECTOR DE ESCENA
ORQUESTA Y CORO DE LA SINFÓNICA DE GALICIA
Producción del Teatro Lírico Giuseppe Verdi de Trieste
TONIO .... CELSO ALBELO, tenor
MARIE ... PATRIZIA CIOFI,soprano
SULPICE... JAVIER FRANCO, barítono
MARQUESA DE BIRKENFIELD ... MARÍA JOSÉ TRULLU, mezzosoprano
DUQUESA DE CRAKENTORP ... ROSSY DE PALMA
miércoles, 29 de febrero de 2012
El "todo gratis" y la madre que los parió. Carta abierta
Carta abierta a alguien... no sé.... por ejemplo:
A
la señora Conselleira de Sanidade, la señora Mosquera.
O
a Ana Botella y sus peticiones de voluntarios.
O
a Esperanza Aguirre y sus...
O
al señor ese de los enemigos, el señor Jefe de Policía de Valencia.
O
al señor Gallardón, cuya policía nos permite ser libres.
O
al Señor Ministro de Interior, ese que, en teoría, es el nuestro,
el de INTERIOR, que somos nosotros.
Pensaba
empezar esta carta de una manera formal, es decir, con aquello tan
mentado de "Muy Señores míos", pero primero el "Muy"
me pareció demasiado, luego me cuestioné lo de "señores"
y, por último caí en la cuenta de que ustedes son muchas cosas
pero, desde luego, no son "míos" así que:
A
quien corresponda:
De
un tiempo a esta parte sucede que me enfado con frecuencia. Me enfado
por tener unos de los sueldos más bajos de Europa, me enfado por las
concesiones a la patronal, me enfado por los recortes, me enfado por
las pensiones vitalicias, o por lo de Garzón, o por las comisiones
bancarias, me enfado porque me hayan retirado la pensión o por los
rescates e incluso me enfado por sus sueldos, no sé, comprenderán
ustedes que una ande susceptible con esto de la crisis.
Ya
voy al grano.
Sucede
que, últimamente, junto a sus ya repetitivos y exhortativos llamamientos a
apretarnos un cinturón al que ya no le quedan más agujeros, escucho con demasiada frecuencia que lo
"gratis" se ha de acabar y eso de "gratis" suele
ir acompañado de palabras como "Sanidad", o "Educación"
o "Seguridad Pública" o "Pensiones" o "Seguridad
Social". Y aquí, llegamos a cuando ya no me enfado si no que
me cabreo.
47%.
47%
es la cifra que se calcula de presión fiscal de un salario medio en
España (eso sin contar con los recortes previstos y los de el
gobierno anterior durante el pasado año). Y me cabreo.
47%.
Calculado en casita, por la cuenta de la vieja, sumando nóminas y
restando impuestos. Y sin contar impuestos al consumo, de ¿lujo?
(¿gasolina?, ¿gas? ¡Tampones!...) o el IVA, o los impuestos municipales (IBI,
ITV, Impuesto de circulación, zona verde, azul y demás,
basuras...). Y me cabreo aún más.
"33%. Sólo el 33%", dicen ustedes inflando los pectorales avistando nuevos apretones del consabido cinturón, a
la vez que afirman que es de las más bajas de la Eurozona. Prefiero
no pensar en que de ese 14% los beneficiados son las rentas más
ricas porque mi cabreo se dispara otra vez.
47%
de un salario medio, si les hablo de las PYMES y los autónomos me
echo a llorar.
Por que.. ¿saben? ese casi 47% del sueldo de cada españolito medio de los que aún tienen la suerte de tener un sueldo paga por eso que es "GRATIS".
Y no.
Por que.. ¿saben? ese casi 47% del sueldo de cada españolito medio de los que aún tienen la suerte de tener un sueldo paga por eso que es "GRATIS".
Y no.
Porque
la cobertura sanitaria NO ES GRATIS
Porque
la educación NO ES GRATIS
Porque
las Fuerzas del estado NO SON GRATIS
Porque
las infraestructuras NO SON GRATIS
Porque
la justicia NO ES GRATIS
Porque
la televisión Pública NO ES GRATIS
Como
tampoco son gratis los sueldos de más de casi 100.000 concejales y
alcaldes, más de 1500 parlamentarios autonómicos, diputados,
senadores, parlamentarios y ministros, la cobertura de la fiscalidad
propia de que disfrutan los diputados, ni sus pensiones vitalicias,
ni sus subidas de sueldo, ni los sueldos de los "asesores",
ni sus vacaciones... NO SON GRATIS.
¡Porque
salen de ese casi la mitad de lo que gana cada "Españolito
medio", de ese puñetero 47%!
Así
que no pido que dejen de tomarme el pelo, que es su trabajo y lo
comprendo, pero por favor, no me sigan llamando idiota, y, por favor
también, pido encarecidamente que dejen de actuar como si cada cosa
que se inaugurase en este país, cada parque, cada carretera, cada
puente, cada escuela fuese un regalo suyo. Ya era mío. Lo he pagado.
Y, por
favor, por favor, por favor, abandonen la palabra GRATIS porque una
se cansa. Y se desespera. Y eso no es bueno para la salud y la
sangre va a acabar saliéndole por las orejas a una servidora (que no
"de ustedes" lo siento, aunque visto lo visto es lo que una
es). Y no, no me apetece que me nieguen una pensión por eso. Pensión
NO GRATIS, por supuesto.
María
Martul. A Coruña. Febrero 2012
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